CUENTO POPULAR CHINO (o el atraco a vuela pluma de Pepe Ríos en 6 min.)
Entre sus muchas virtudes, Chuang Tzu tenía la de ser diestro en el dibujo. El rey le pidió que dibujara un cangrejo. Chuang Tzu respondió que necesitaba cinco años y una casa con doce servidores. Pasaron cinco años y el dibujo aún no estaba empezado. “Necesito otros cinco años”, dijo Chuang Tzu. El rey se los concedió. Transcurridos los diez años, Chuang Tzu tomó el pincel y en un instante, con un solo gesto, dibujó un cangrejo, el cangrejo más perfecto que jamás se hubiera visto.
Italo Calvino, Seis propuestas para el próximo milenio.
Chatng Zon hizo construir a los servidores un estanque para la cría de cangrejos. Durante varios meses se dedicó al cuidado y a la cría de los animales.
Un día, al levantarse, miró en el estanque y observó una nueva cría; era excepcional, tenía una mezcla de varios colores, había heredado la genética de la mayoría de los especimenes del estanque.
Chatng Zon hizo construir una pecera de cristal, enmarcada con unas maderas de ébano, de remotos bosques y parajes de la India.
A los cinco años se produjo la esperada visita del Emperador. El pintor le mostró muy orgulloso el cuadro realista.
El emperador, muy enojado, expresó que eso no se parecía en nada a un cangrejo.
A los cinco días, la cabeza del pintor rodó escaleras abajo del cadalso.
Pepe Ríos
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