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la molineta

Entre los estantes de junio

Entre los estantes de junio

 

Hola amigos. Llega el veranito y con él las campañas de bolsillo de los grupos editoriales fuertes. Hay crisis económica, todo el mundo está jodido, y necesitamos evadirnos con historias interesantes. Pero por desgracia, los títulos sacados al mercado en estas campañas “a cinco euros” son un asco. Hasta El Perfume, o La Tapadera (que tienen más años que Matusalén) han encontrado un huequito en estos lanzamientos. Así que en vez de daros un listado de libros interesantes (acercaos a una librería y preguntarle al librero cuando más trabajo tenga… estoy seguro que os atenderá encantados con ese buen hacer que nos caracteriza) querría comentar algunos aspectos curiosos que se están viendo este año en el mundo del libro de bolsillo.

Para empezar, el todopoderoso grupo Random House Mondadori, con su sello DeBolsillo, ha conseguido darle la tortilla al propio significado primigenio del nombre. Por libro de bolsillo entendemos algo “barato, portátil y que antes era demasiado caro y gordo como pa comprármelo”. Bueno, estos piezas empezaron tiempo atrás con su colección “Inédito”, que como ya comenté en una entrada anterior, se nutre de obras no publicadas anteriormente en nuestro idioma. La idea estaba bien… ¡tan bien, que ahora editan en formato grande los bolsillos que mejor les han funcionado! Aunque no fue el best-seller puntero de este Abril, seguro que Peter Harris y su “Círculo Octogonus” se sacó unos buenos números. Yo la verdad es que me sorprendí cuando lo vi. “Coño, pero ¿esto no estaba en bolsillo ya?” Pero no amigos, eso se acabó. Ahora lo mismo empiezas publicando en barato y si funcionas te hacen una tapa dura.

En fin, a mí, lo que me pareció cachondo fue que editaran precisamente a Peter Harris. Estamos hablando de un tío cuya novela “El Enigma Vivaldi” se argumenta en el hallazgo de una partitura apócrifa atribuida a Vivaldi cuyas notas sonaban tan mal que la Iglesia la prohibió por temer que la hubiera compuesto el diablo. Que digo yo, que si sonaba tan mal… ¿por qué coño se la atribuyen a Vivaldi? Vale la pena leerla sólo para ver cómo resuelve eso el autor. Bueno, el estilo, ya os lo imagináis, complots eclesiásticos, persecuciones trepidantes, sectas secretas, etc. La verdad es que vende.

La segunda cosa que me ha sorprendido estos meses son los timo-bolsillo que están apareciendo. A ver, hay gente que realmente se espera a que salga en bolsillo un libro que quieren leerse porque no están para fundirse veinte euros en cada título interesante. Y ante esa necesidad, lo que están haciendo algunas editoriales es tocarnos los cojones con “bolsillos de lujo” caros de narices. Ejemplos: “Todo bajo el cielo”, de Matilde Asensi, editado por Booket: 14,50. “La Pasión India”, de Javier Moro, de nuevo en Booket: 14,50. “La Catedral del Mar”, largamente esperada: 11,95, editado por DeBolsillo. ¿Dónde fueron aquellos libros de siete euros?

Y entonces Planeta lanzó el bombazo: ¡Carlos Ruíz Zafón ha acabado su nueva novela! ¡La lanzaremos en Abril para arrasar en todas las ferias del libro! Muchos lectores se frotaban las manos, no sólo por el nuevo libro, sino porque al fin, después de ocho jodidos años seguramente sacarían “La sombra del viento” en bolsillo. Que ya tocaba, ¿eh? Que la edición más barata era un trade de 14,50 que pululaba desde el 2006.

Bueno, los lectores tenían razón. Hubo una edición en bolsillo que salió a la venta más o menos cuando lo hizo la nueva novela, el 17 de Abril. La editó, por supuesto, Booket, y vale… 14,50. Un bolsillo grande, de lujo, que incorpora un CD de música que ya usaron en su momento. Dos mil y pico pelas por un libro de bolsillo.

¿Los tienen cuadraos o no los tienen cuadraos?

En fin, me cabreé tanto que casi me decidí a hacerles boicot este Sant Jordi. Mi malévolo plan consistía en quitarle la cubierta a La Sombra del Viento y ponérsela por encima a la tremenda apuesta de Abril de la impagable Ediciones B: “Lo que el viento se llevó”, de Margaret Mitchell, y sus dos secuelas cutres: “Scarlett O’Hara” y “Rhett Buttler”. Y no es broma. Esa fue su apuesta. En serio.

Pero al final todo quedó en agua de borrajas porque me bebí un café con sal de buena mañana y…

Hasta la próxima. Cuidaos.

 

 

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